¿Qué cuidados necesita el Aloe Vera?
Es una de las plantas carnosas preferidas por los que aman la jardinería. Los cuidados necesarios para las plantas de Aloe son realmente sencillos por lo que resulta muy cómodo tener este tipo de planta. A todo esto hay que añadirle que se trata de una planta con una belleza especial en sus hojas y la carnosidad de estas lo que la hace una planta realmente atractiva y fácil de cuidar.
Para realizar un buen cuidado del Aloe Vera es importante tener en cuenta de donde procede. Su origen africano no condiciona para nada su cuidado dado que tolera climas más húmedos sin ningún problema.
Podemos tener esta planta tanto en maceta como en suelo o jardinera y evolucionará igual de bien.
Temperatura, riego y sol: tres cuidados del Aloe Vera a tener en cuenta
Riego del Aloe Vera
Un punto vital a tener en cuenta en el cuidado del Aloe vera es su riego. Dado la carnosidad de sus hojas necesita una buena cantidad de agua para mantenerse fresca y verde. En caso de un deficiente riego la planta sus hojas comenzarán a obtener un color amarillo que indica que algún problema existe con su alimentación.
También es importante evitar el encharcamiento del agua en sus raíces por lo que se aconseja utilizar arlita o tierra volcánica para plantarla, que favorece la buena evacuación de agua.
En cuanto a sustratos, es aconsejable el uso de un sustrato para cactus que le aportará los nutrientes necesarios para su correcto crecimiento y evitará que la tierra se apelmace y provoque un exceso de humedad a las raíces que no la beneficia en absoluto.
Viendo todas estas características podemos sacar en conclusión que el Aloe Vera no necesita exceso de agua y que basta con que mantenga su tierra ligeramente húmeda.
Una solución de riego por goteo podría ser la adecuada para el correcto mantenimiento del Aloe. Y durante los meses de invierno incluso con un riego al mes puede ser suficiente.
Luz y temperatura del Aloe Vera
Puesto que sus orígenes son de una zona tan iluminada, es una planta que entre sus cuidados necesita una muy buena iluminación natural tanto en el interior como en el exterior.
Teniendo siempre cuidado de no someterla a una insolación. Podemos apreciarlo porque sus hojas toman un color marrón indicando el exceso de sol.
Lo ideal es mantenerla entre temperaturas de 17 a 27 grados y en caso del invierno protegerla de temperaturas inferiores a los 10 grados. Si la tenemos plantada en el suelo es recomendable colocar un acolchado sobre las raíces para protegerlas.
Abonar dos veces al año y suficiente espacio
Es necesario reforzar de vez en cuando los nutrientes para que la planta crezca adecuadamente por lo que es aconsejable con el final del verano aplicar una capa de humus de lombriz. Así mejoramos el aporte de nutrientes y le damos energías suficientes para soportar el invierno.
También cuando la primavera se esté acercando es buena idea proporcionarle sustrato de cactus para facilitar el drenaje.
Además de los nutrientes, darles espacio suficiente para su desarrollo es vital dado que pueden llegar a tener grandes dimensiones o tener “hijos” que son nuevas plantas surgidas de la original.
Estos hijos surgidos de la planta original los podemos trasplantar cuando tengan un tamaño apropiado y de esta manera tendremos otra nueva planta de Aloe Vera que necesitará los mismos cuidados que el Aloe Vera original.